

Es importante comentar que fue una vendimia sin precipitaciones en la etapa de maduración. Se puede decir que la cosecha 2020 no fue una vendimia tan fácil en términos climáticos, pero con la experiencia de Viticultores y Enólogos de Baron Philippe de Rothschild, se logró un excelente manejo del viñedo, más una correcta irrigación y…
Cabernet sauvignon
Carmenere
Syrah
Pinot noir
Chardonnay
Sauvignon blanc
2021
2020
2019
2018
2017
2016
Fue una vendimia con condiciones climáticas muy variables, con algunas precipitaciones en verano, pero que no generaron mayores problemas sanitarios. Las temperaturas fueron muy variables, con enero cálido, febrero y marzo más fríos que el promedio de años anteriores, y luego un abril cálido.
El periodo de la pinta fue muy larga, pero luego se terminó con una pinta muy homogénea y luego el periodo de madurez fue lento lo que ayudo al desarrollo de aromas y concentración en las uvas.
Como resumen se puede decir que la cosecha 2021 no fue una vendimia tan fácil en términos climáticos, pero con la experiencia de Viticultores y Enólogos de Baron Philippe de Rothschild, se logró un excelente manejo del viñedo, más una correcta irrigación y una adecuada anticipación en las fechas de cosechas, se logró finalmente una buena expresión de cada terroir, donde se conjuga en equilibrio la parte aromática con una gran estructura y la elegancia en boca.
El vino se somete a un proceso de crianza en barricas de roble durante 10 meses antes de su embotellado.
Se trata de un vino elaborado en su totalidad con la misma variedad de uva, aunque el requisito de la ley chilena es solo del 75 %. La Carmenere produce vinos ricos y ligeramente tánicos con aromas de frutas rojas y regaliz. Suaves y cremosos, los vinos de uvas Carmenere alcanzan pronto su punto máximo.
Violeta, brillante.
Intensidad alta y frutal, con notas a frutos negros como el casis, moras, arándanos, mezcladas con notas especiadas como clavo de olor, pimienta verde y negra, eneldo y sutiles aromas de granos de café tostado y tabaco tostado, que provienen de su crianza en barricas de roble francés.
Presenta un muy buena entrada de boca, con gran volumen, fresco y con acidez equilibrada. Los taninos son finos y sedosos. En retrogusto se vuelven a sentir los aromas frutos negros como moras y tiene un largo final.
Es importante comentar que fue una vendimia sin precipitaciones en la etapa de maduración.
Se puede decir que la cosecha 2020 no fue una vendimia tan fácil en términos climáticos, pero con la experiencia de Viticultores y Enólogos de Baron Philippe de Rothschild, se logró un excelente manejo del viñedo, más una correcta irrigación y una adecuada anticipación en las fechas de cosechas, se logró finalmente una buena expresión de cada terroir, donde se conjuga en equilibrio la parte aromática con una gran estructura y la elegancia en boca.
El vino se somete a un proceso de crianza en barricas de roble de un año durante 10 meses antes de su embotellado.
Se trata de un vino elaborado en su totalidad con la misma variedad de uva, aunque el requisito de la ley chilena es solo del 75 %. La Carmenere produce vinos ricos y ligeramente tánicos con aromas de frutas rojas y regaliz. Suaves y cremosos, los vinos de uvas Carmenere alcanzan pronto su punto máximo.
Violeta mate profundo, brillante.
Intensidad alta y frutal, con notas a frutos negros como la mora, ciruela, mezcladas con notas especiadas como pimiento rojo asado, clavo de olor, laurel, romero, y sutiles aromas de chocolate, toffe y granos de café tostado que provienen de su crianza en barricas de roble francés.
Presenta un muy buen ataque, suave, fresco y jugoso, y con acidez equilibrada. Los taninos son elegantes, muy finos y sedosos. En retrogusto se vuelven a sentir los aromas frutos negros como cerezas negras, moras y tiene un largo final.
Una pluviometría por debajo de la media, principalmente distribuida en el periodo invernal, asociada a una temperatura media ligeramente más alta, fueron los elementos determinantes de un perfecto desarrollo del ciclo vegetativo. Esto también permitió obtener una madurez óptima de las uvas tanto desde el punto de vista aromático como fenólico.
Estas excepcionales condiciones generaron una concentración natural, que mantuvo a su vez el equilibrio y la fineza, revelando la expresión más pura de la identidad de los diferentes terruños.
De este modo, esta añada se expresa con la generosidad y la potencia de Chile, conservando los matices elegantes y sedosos.
2019, una añada con un excelente potencial de guarda que se inscribe dentro de las mejores añadas chilenas.
El vino se somete a un proceso de crianza en barricas de roble de un año durante 6 a 8 meses antes de su embotellado.
Se trata de un vino elaborado en su totalidad con la misma variedad de uva, aunque el requisito de la ley chilena es solo del 75 %. La Carmenere produce vinos ricos y ligeramente tánicos con aromas de frutas rojas y regaliz. Suaves y cremosos, los vinos de uvas Carmenere alcanzan pronto su punto máximo.
Rojo purpura con matices violetas.
Intensidad alta y frutal, con notas a frutos silvestres, mezcladas con notas especiadas como la pimienta rosada, laurel, romero, trufas negras y sutiles aromas de granos de café tostado que provienen de su crianza en barricas de roble francés.
El vino presenta un excepcional ataque, con una buena estructura y una concentración y acidez equilibradas, con taninos muy redondos, sedosos y finos que ofrecen una sensación aterciopelada en boca. El paso por boca revela intensos aromas de frutas negras y moras junto con atractivas notas de pimienta negra y moca, que se transforman en un final largo, potente y complejo típico de la Carmenere del Valle de Colchagua.
La cosecha fue temprana, comenzando el 23 de febrero para las uvas blancas Villavicencio y terminando el 10 de mayo para las uvas Carmenere. En la bodega Maipo, las uvas llegaron del 26 de marzo al 17 de mayo. De acuerdo con el promedio, las uvas fueron cosechadas de 10 a 15 días más tarde que para la cosecha de 2017. El período de temperaturas relativamente bajas durante el final del proceso de maduración, de diciembre a febrero, fue decisivo. Como resultado, las uvas maduraron de una forma más lenta, lo que les permitió preservar una frescura aromática que a veces es difícil de lograr en Chile. Después, se vivió un periodo de buen tiempo excepcional que llevó a las uvas a una madurez fenólica óptima y anunció el comienzo de la cosecha.
En este punto, 2018 es una cosecha muy prometedora, que combina buena concentración y una fruta potente y expresiva.
¡La potencia de los vinos del Nuevo Mundo combinada con el refinamiento de los vinos del Viejo Mundo!
La crianza del vino se hace en barricas de roble de un año, durante 6 a 8 meses antes de ser embotellado.
Se trata de un vino elaborado en su totalidad con la misma variedad de uva, aunque el requisito de la ley chilena es solo del 75 %. La Carmenere produce vinos ricos y ligeramente tánicos con aromas de frutas rojas y regaliz. Suaves y cremosos, los vinos de uvas Carmenere alcanzan pronto su punto máximo.
Una capa rojo carmín con destellos púrpura.
Potente y compleja con fruta intensa y descarada, la nariz arranca con notas de ciruela negra y aromas de mora mezclados con notas de especias.
El vino presenta un excepcional ataque, con una buena estructura y una concentración y acidez equilibradas, con taninos muy redondos, sedosos y finos que ofrecen una sensación aterciopelada en boca.
El paso por boca revela intensos aromas de frutas negras y moras junto con atractivas notas de pimienta negra y moca, que se transforman en un final largo, potente y complejo típico de la Carmenere del Valle de Colchagua.
Unas lluvias menos abundantes de lo habitual, idealmente distribuidas durante el ciclo vegetativo y la temperatura media más alta registrada en los últimos 10 años han sido elementos determinantes que han marcado el estilo muy mediterráneo de la cosecha de 2017.
El final largo culmina en un buqué intenso de frutos negros, especias y café torrefacto.
Así, esta añada se expresa con generosidad, potencia, pero, sobre todo, con matices aterciopelados y sedosos.
Encontramos una identidad chilena muy marcada, en especial, en la expresión de la nota afrutada, que, asociada a unos pasos por boca concentrados, confiere complejidad, riqueza y refleja toda la personalidad de los terruños. 2017, una añada con un excelente potencial de guarda.
La crianza del vino se hace en barricas de roble de un año, durante 6 a 8 meses antes de ser embotellado.
Este vino es elaborado con el 100% de una misma cepa, siendo que la legislación chilena impone sólo el 75%. El Carmenere ofrece vinos ricos y levemente tánicos, con aromas de frutos rojos y notas de regaliz. Suave y untuosa, esta cepa alcanza rápidamente su apogeo.
Rojo oscuro con reflejos púrpura.
En un primer momento, se revelan notas de pequeños frutos negros maduros, a los que posteriormente se suman notas de café torrefacto y de pimienta negra.
El ataque, de gran expresividad, deja entrever las notas de frutos negros que percibimos en el buqué.
El paso por boca, que asocia potencia y volumen, está marcado por un retorno de las notas de pimienta observadas en los aromas secundarios.
El final largo culmina en un buqué intenso de frutos negros, especias y café torrefacto.
Una pluviometría por encima de la media con una repartición poco habitual durante el periodo otoñal impactó esta añada. Esto confirió también un toque oceánico poco frecuente.
La cosecha resultó ser muy «técnica». Aunque la gran mayoría del ciclo vegetativo de la vid haya gozado de condiciones climáticas óptimas, los principales motivos de este éxito han sido las cualidades del viticultor y el savoir- faire de Baron Philippe de Rothschild Maipo Chile.
Esto nos permite concluir diciendo que esta añada 2016, «El Niño», formará parte de las añadas particulares, atípicas, debido a una distribución pluviométrica excepcional. Permitió conservar una expresión fresca de la fruta y una cierta elegancia a veces difícil de obtener en los países del nuevo Mundo.
La crianza del vino se hace en barricas de roble de un año, durante 6 a 8 meses antes de ser embotellado.
Este vino es elaborado con el 100% de una misma cepa, siendo que la legislación chilena impone sólo el 75%. El Carmenere ofrece vinos ricos y levemente tánicos, con aromas de frutos rojos y notas de regaliz. Suave y untuosa, esta cepa alcanza rápidamente su apogeo.
Color púrpura con reflejos rubí.
Se abre con aromas de maduros frutos negros, como el arándano y la mora, acompañados de café y moka.
La entrada en boca es potente y voluptuosa.
El paso por boca revela aromas intensos de maduros frutos negros como el arándano, acompañados de elegantes nota de pimienta negra típica de la variedad.
El final es largo y marcado por la persistencia de aromas de frutos negros, pan tostado y sutiles notas de vainilla.
Empanadas de confit de pato,
O
Pollo con pimentón y quinoa aromatizada.
Empanadas de confit de pato,
O
Pollo con pimentón y quinoa aromatizada.
Empanadas de pato confitado
O
Filetes de pollo al pimentón, quinoa aromatizada, tomates cherry y mini mazorcas de maíz
O
Wok de buey especiado y verduras, perdiz con champiñones, curry de verduras
Empanadas de pato confitado
O
Filetes de pollo al pimentón, quinoa aromatizada, tomates cherry y mini mazorcas de maíz
O
Wok de buey especiado y verduras, perdiz con champiñones, curry de verduras